Luego de su experiencia de 1917 en la película muda “Flor de Durazno”, Gardel regresa al cine con su participación en una serie de quince cortometrajes, filmados entre el 23 de octubre y el 3 de noviembre de 1930, donde además de cantar, mantiene diálogos con Celedonio Flores, Arturo de Nava, Francisco Canaro y Enrique Santos Discépolo, participando como actor en una breve escena con los artistas Inés Murray y César Fiaschi.
Fueron las primeras filmaciones realizadas en los “Estudios Valle”, en la calle México 832, pertenecientes al productor Federico Valle, bajo la dirección de Eduardo Morera, cámara e iluminación de Antonio Merayo, técnico de sonido Ricardo Raffo, cámara de Roberto Schmidt y jefe de laboratorios Alberto Etchebehere.
Se estrenaron recién a partir del martes 3 de mayo de 1931 en el cine Astral, sito en la calle Corrientes 1641, como complemento del film “City Lights” (“Luces de la Ciudad”) de Charles Chaplin, según informara Eduardo Morera en varios reportajes. Los tres cortos proyectados ese día fueron, “El carretero”, “Rosas de otoño” y “Yira, yira” y en días siguientes siempre como complemento de otras películas.
Al momento del estreno Gardel se hallaba en París, Francia, habiendo firmado contrato con la "Paramount Pictures" y dispuesto a comenzar el rodaje de “Luces de Buenos Aires”, su primera intervención en un largometraje.
También Morera recordaba que, de los quince
cortos filmados, sólo diez de ellos pudieron exhibirse, siendo descartados los
cinco restantes por fallas técnicas.
Gardel interpreta el tango “Viejo smocking” y
el vals “Rosa de otoño”, acompañado por la orquesta de Francisco Canaro y los
tangos “Mano a mano”, Yira, yira”, “Tengo miedo”, “Padrino pelado”, “Canchero”
y “Enfundá la mandolina” secundado por sus guitarristas Guillermo Desiderio
Barbieri, José María Aguilar y Ángel Domingo Riverol, quienes lo acompañan
también en el vals “Añoranzas” y la canción “El carretero”.
“Viejo smocking”, fue el primero de los cortos filmados y el único donde se desarrolla una breve escena. Sobre guion de Enrique Pedro Maroni, se muestra a Gardel en una habitación, sentado a una mesa, fumando y haciendo solitarios con las cartas. Aparece en escena Manuela, interpretada por la actriz Inés Murray, reclamando el pago del alquiler. Gardel se justifica diciendo que apenas debe tres meses y el mes en curso, mientras que Manuela lo intima a pagar sino la dueña lo desalojará. Ingresa a la habitación un amigo de Gardel, protagonizado por César Fiaschi, quien viene con la mala noticia que lo dejaron cesante en su trabajo, y buscando que empeñar, mientras silba el tango “Garufa”, abre el ropero y encuentra un smoking, diciéndole a Gardel que lo empeñe. Gardel reacciona de inmediato, asiendo el smoking y expresando: -No che eso no, no viejo, vos sabes el cariño que tengo por esta prenda. No podría separarme de él, es la historia de mis mejores aventuras de amor, él fue el testigo fiel. Cuánta pebeta linda se afirmó en ese brazo, en las vueltas de un tango. Cómo sintió ese smoking el latir de mi corazón, apresurado por las emociones del primer beso. Separarme de él, sería como si me arrancan un pedazo de mi vida. No mi amigo nunca me separaré de él. Y a renglón seguido, aferrado aún a la prenda entre sus manos recita una parte del tango “Viejo smoking” y luego lo canta, secundado por la orquesta de Francisco Canaro.
El otro corto donde Gardel es acompañado por
la típica de Canaro, es el vals “Rosa de Otoño”, manteniendo previamente el
siguiente diálogo.
-CG: Como siempre hermano, dispuesto a defender nuestro idioma, nuestras costumbres y nuestras canciones con la ayuda del film sonoro argentino.
-FC: Yo por mi parte te acompañaré con mi orquesta y haré lo imposible para que nuestras canciones sigan triunfando en el mundo entero.
-CG: Muy bien viejo. ¿Largamos esta carrera?
-FC: Larguemos, que suenen las campanas.
-CG: Listo el pollo nomas.
Cabe agregar que Francisco Canaro no aparece dirigiendo su orquesta cuando Gardel canta, lo mismo que sucede con los guitarristas en "Padrino pelado", "Tengo miedo" y “Enfundá la mandolina”, mostrándose sólo al cantor.
En “El carretero” y “Yira, yira” la cámara enfoca sólo a Barbieri y Riverol, mientras que en “Mano a mano” se muestran Aguilar y Riverol.
Es muy posible que estas diferentes tomas se deban a que las cintas fueron filmadas en tandas de dos o tres cortos por día, ya que el propio Eduardo Morera concedió varias entrevistas, donde aclaró que los rodajes se llevaron a cabo entre el 23 de octubre y el 3 de noviembre, en horario nocturno.
A su vez Gardel se presentaba al mismo tiempo
en el programa radial “La hora Geniol”, los días martes, jueves y sábados a las
22.15 horas, con lo cual de los once días totales que duró el rodaje, quedarían
entre cinco y seis jornadas para filmar.
En “El carretero”, aparece Arturo De Nava, quien alegremente estrecha la mano de Gardel mientras dice:
- CG: Yo no hecho más que interpretar en lo posible tu canción, y dirigiéndose a la cámara, concluye diciendo -Y que el público juzgue.
De Nava, había nacido en Montevideo el 1º de
mayo de 1876, siendo payador, guitarrero, actor de las compañías de los Podestá
y de Parravicini y autor entre otros del mencionado “El carretero”, que había
grabado en los antiguos discos de cilindro por 1900. Un justo y merecido
homenaje a Arturo De Nava fue su participación en este corto, casualmente con
uno de sus temas que sirviera a Gardel como caballito de batalla durante su
carrera.
Breve es la participación de Celedonio Flores, que emocionado le pregunta a Gardel:
-CG: Contento hermano, de haber colaborado con vos en el hermoso tango “Mano a mano” y ser el primero en interpretarlo en film sonoro.
-CF: Y yo viejo encantado del artista y el amigo.
-CG: Gracias viejo.
Cuatro de los cortos filmados, “Viejo smoking”, “Canchero”, “Tengo miedo” y “Mano a mano”, fueron de autoría de Celedonio Flores, éste último compuesto con Razzano y el propio Gardel, único tango de su autoría que filmó.
-CG: Decime Enrique. ¿Qué has querido hacer con el tango Yira, yira?
-ESD: Una canción de soledad y de desesperanza, responde el autor.
-CG: Hombre, así lo he comprendido yo.
-ESD: Por eso es que lo cantás de una manera admirable.
-CG: ¿El personaje es un hombre bueno verdad?
-ESD: Si. Es un hombre que ha vivido la bella esperanza de la fraternidad durante cuarenta años y de pronto un día, a los cuarenta años, se desayuna conque los hombres son unas fieras.
-CG: ¿Pero dices cosas amargas?
-ESD: No pretenderás que diga cosas divertidas un hombre que ha esperado cuarenta años para desayunarse.
Cierra el diálogo Gardel simulando un disparo con su mano expresando ¡Pummmm!
Discépolo, que no había tenido mayor éxito con sus dos primeros temas, “Bizcochito” y “Que vachaché”, recién había sido conocido un par de años atrás cuando Azucena Maizani le cantó en el teatro “Esta noche me emborracho”. Gardel también lo ayudó mucho al llevarle al disco casi todos sus primeros tangos, y en el diálogo que sostienen, prácticamente lo reportea, para que explique el sentido del tango y del personaje del mismo, como así también su manera de sentirlo y transmitirlo que el propio Discépolo definiera años más tarde como “un pensamiento triste, que hasta se puede bailar”.
EDUARDO
MORERA y ANÉCDOTAS DE LA FILMACIÓN
Al momento de la filmación de los cortos era un joven emprendedor de 24 años, continuando su carrera como director de las películas, “Ídolos de la Radio”, (también conocida como "Idolos de Buenos Aires"), en 1934 y “Por buen camino” al año siguiente.
En 1935 recopiló los diez cortos en el filme “Así cantaba Carlos Gardel” y en 1936 filmó “Los funerales de Gardel” y a su madre doña Berta Gardes y la película “Ya tiene comisario el pueblo”.
Continuó dirigiendo “Así es el tango” en 1937, “Un bebé de contrabando” en 1940, “Melodías de América” en 1941, abandonando prematuramente la actividad con sólo siete años como director, siendo en 1996 declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
En una nota de la Revista “Aconcagua” de diciembre de 1930, reproducida en el libro "Carlos Gardel y la prensa mundial", de Hamlet Peluso y Eduardo Visconti, se refería así respecto a los cortos:
En un reportaje Morera agrega en las filmaciones al dúo Magaldi-Noda, Azucena Maizani, Armani-Cóspito y Mercedes Simone.
Sesenta y cinco años más tarde, de una
entrevista que le realizara Ariel Fontanet a Eduardo Morera el 1ro. de agosto
de 1995, para la revista “La Maga”, obtenemos importantes datos, tanto sobre la
filmación como de la personalidad de Gardel. Al serle presentado por Razzano,
Morera le dijo por lo bajo: “Con éste voy a poder rodar como máximo un par de
cortometrajes. ¿Vos ves lo grandote y gordo que es?”. “A Gardel no le
entusiasmaba mucho la idea de filmar, pero un día me dijo que se despertó y
comprendió que su cuna artística era la Argentina y quiso jugarse
conmigo”. “El galpón donde filmamos era tan precario que tuve que colocar
trapos húmedos en las paredes para absorber ruidos. Los negativos los
secábamos con ventilador, y como la cámara hacía tanto ruido teníamos que
pedirle a una vecina un almohadón para taparla. Debido a estas condiciones de
trabajo se arruinaron cinco de los quince cortos que filmé con Gardel”. “Más de
una vez Razzano o Leguisamo lo tuvieron que traer de una oreja, porque si no,
no venía”. “Una vez faltó a la filmación sin avisarme. Fue necesario ir a
buscarlo a su casa, de la calle Jean Jaurés, donde vivía con su madre. Cuando
entré allí lo vi en el baño haciéndose gárgaras. Me asusté porque pensé que
estaba mal de la garganta y le pregunté si estaba enfermo y me contestó que estaba
bien, pero como al otro día corría su caballo, quería estar en buen estado para
alentarlo”. “Otro inconveniente que surgió al comenzar a filmar, fue su
negativa a cantar con orquesta. Sólo quería hacerlo acompañado de guitarras,
porque, como a veces se equivocaba, sabía que las guitarras lo esperaban, en
cambio la orquesta no”. “Muchos decían que yo no sabía nada de cine, pero
juntos nos arriesgamos y demostramos que hicimos un buen producto”. “Sin darnos
cuenta, con Gardel fuimos los creadores de que ahora se denomina videoclip”.
¿GARDEL FUE EL PRIMERO?
Cabe profundizar si realmente fueron los
creadores de los videoclips como dijera Eduardo Morera. El paso del cine mudo
al hablado fue un proceso que llevó bastante tiempo. La Warner Bros intentó con
“Don Juan” de 1926 y “El cantor de jazz” al año siguiente, consideradas las
primeras películas sonoras de la historia del cine, pero en verdad no dejaban
de ser realizaciones del cine mudo sonorizadas por el sistema “Vitaphone”, es
decir mediante el sonido grabado en discos.
En nuestro país desde principios del siglo
pasado, se habían realizado filmaciones en los teatros, de alguna zarzuela,
opereta e incluso de algún tango cantado por Ángel Villoldo o Alfredo Gobbi, al
que se sincronizaba el disco correspondiente, surgiendo así un corto musical
equivalente a la duración del disco. Posteriormente con el sistema
“Vitaphone", permitió en 1929 filmar “Mosaico Criollo”, corto de 15
minutos de duración, recuperado por Héctor Lucci de una copia perdida, donde se
puede ver entre otras escenas la interpretación del tango “Botarate” cantado
por Anita Palmero. También se filmaba con el sistema Vitaphone, películas como
“Corazón ante la ley” donde se ejecutaba el tango “Chinita” en versión
instrumental y el tango “Madre mía” en la voz del actor Miguel Gómez Bao,
estrenada el 11 de mayo de 1930. El 3 de octubre de 1930 se exhibía “El cantar
de mi ciudad”, del “Negro” José Agustín Ferreyra donde su esposa María
Turgenova cantaba “La muchacha del tango” y en dúo con Felipe Farah el vals “La
canción del amor”. El 4 de noviembre de ese año se estrenaba “La canción del
gaucho” también de Ferreyra donde además de cantar María Turgenova, se escuchaba a Carlos Gardel, quien prestó su voz. En 1930 Libertad Lamarque participa en
“Adiós Argentina”, cantando el tango homónimo.
Pero las verdaderas películas con sonido óptico, es decir con el sonido grabado en la película, denominado sistema “Movietone” llegan a Buenos Aires en 1927 al importar la Corporación Argentina de Films, el “Phonofilm De Forest”. Inventado por el estadounidense Lee De Forest, permitía la utilización de rollos pequeños, siendo apto para filmar noticieros o documentales como se realizó con Hipólito Irigoyen y cortos musicales con José Bohr y Sofía Bozán en 1928. En sus memorias publicadas bajo el título de “Desde el balcón de mi vida”, José Bohr nos dice al respecto:
Posteriormente el emprendedor Federico Valle, adquiere el aparato transformándose en el productor de los cortos filmados por Morera con la participación de Carlos Gardel.
Al César lo que es del César, nuestra
adoración por Gardel, no debe impedirnos reconocer que no fue el primero, que
fue quien más cortometrajes filmó y el mejor no cabe duda, pero otros lo
hicieron antes que él.
¿QUÉ PASÓ CON LOS CORTOMETRAJES?
A través de los años fueron exhibidos repetidas veces en cines, tanto en vida del cantor, como luego de su desaparición física. Con la llegada de la televisión a partir de la década del 50 se siguieron proyectando al igual que los largometrajes filmados por “El Morocho”. En los orígenes de la televisión, la publicación “Radio Revista” de septiembre de 1931, destacaba la transmisión experimental del corto “Viejo smoking”, el 8 de agosto de 1931 por LR4 Radio Splendid, recepcionada por radioaficionados en Curuzú Cuatía, Corrientes y en Magallanes, Chile.
En la película “Soy del tiempo de Gardel” de 1954, dirigida por Homero Cárpena, no estrenada comercialmente, pero exhibida por televisión y en el filme “Recordando al Zorzal” de 1965, se incluyen los cortometrajes.
En “Así cantaba Carlos Gardel” o “El Zorzal Criollo”, una producción de Alfredo Ludovico Vaccari, se exhibían los diez cortos, reunidos como si fuera un largometraje, siendo luego adquiridos por Víctor A. Franzosi, iniciando entonces Morera en 1970 un juicio en nombre de la sociedad de hecho integrada por Charles Romuald Gardes, Francisco Canaro, Eduardo Fortunato Morera y Federico Valle, en el Juzgado de Instrucción número 15, secretaría 145 de Buenos Aires, por los delitos de “hurto y estafas continuadas contra Franzosi y/o quien resultare implicado”.
Cabe aclarar que la sociedad de hecho no estaba integrada como demandara Morera, sino que se trataba de una sociedad constituida el 1 de octubre de 1930, denominada "Unión Argentina", Sociedad Difusora de Obras Musicales y Cinematográficas, conformada por Carlos Gardel, José Razzano y Francisco Canaro.
En 1995 fueron exhibidos como “El Gardel que conocí”, con la presentación a cargo del propio Eduardo Morera y la presencia y comentarios de Tania, Mercedes Sosa, Imperio Argentina, Ben Molar y el padre Juan Cabiale.
¿CUALES FUERON LOS CORTOS DESCARTADOS?
Eduardo Morera siempre sostuvo que sólo diez
de los cortos pudieron exhibirse, lamentando que los cinco restantes fueran
descartados por fallas técnicas, especialmente “Leguisamo solo”, con la
participación del gran jockey y amigo de Gardel.
Lástima que, en ningún reportaje, a nadie se
le ocurrió preguntar cuales fueron esos cinco cortos, que en realidad fueron
bastantes, pues equivalen a un tercio del total filmado, más teniendo en cuenta
que el mismo Morera dijo que a Gardel le gustaba verse en los cortos y filmando
en tandas de dos o tres por día, podrían volverse a rodar.
El tango “El quinielero” fue hallado en 1995
en buen estado de conservación, según Miguel Angel Morena y algunos otros que
pudieron verlo, pues nunca fueron exhibidos al público. Pero si está bien
conservado, quiere decir que no fue descartado por fallas técnicas, sino por
otros motivos.
También fue exhibida la zamba “Por el camino”, (“Zamba del boyero”), de Carlos Vicente Geroni Flores y Benjamín Tagle Lara, que, si bien no fue encontrada la cinta, el investigador Lucio Mafud pudo hallar el programa del Cine Once del 19 de mayo de 1931, donde fuera proyectada junto a los tangos, “Mano a mano” y “Viejo Smoking”.
En la película “El tango en Broadway”, Gardel silba la zamba “Por el camino” y veremos más adelante que la cantaba en la radio al momento de la filmación de los cortos, a diferencia del tango homónimo de José Bohr y José González Castillo, que también llevara al disco, pero pareciera no frecuente en su repertorio.
Otro de los cortos bien podría ser “La
canción del carretero”, de Carlos López Buchardo y Gustavo Caraballo, exhibido
en el Cine Gloria el 12 de agosto de 1943.
La “Canción del carretero” data de 1924. Concebida originalmente como canción de cámara, fue estrenada en Buenos Aires el 15 de diciembre de dicho año por la soprano francesa Ninón Vallin acompañada por López Buchardo al piano, grabada en 1930 por la soprano argentina Hina Spani en “La Scala de Milan” y el gran tenor lírico italiano Beniamino Gigli.
El 7 de julio de 1931 fue llevada al disco
por Ignacio Corsini, como vals criollo y más adelante Atahualpa Yupanqui en
1956, Suma Paz en 1960 y Los Fronterizos. En la década del cuarenta fue
incorporada como canción escolar, aprobada por el “Consejo Nacional de
Educación".
De esta manera, salvo que se tratara de un
error en el programa del Cine Gloria, y se hubiera proyectado la canción “El
Carretero” de Arturo de Nava, tendríamos catorce de los quince cortos filmados,
faltando ubicar solamente uno y si bien no podemos saber cuál fe, sí podemos
arriesgar o especular de cual se trata.
Una pista nos brinda la fecha de grabación de
los temas incluidos en los cortos.
Todos los temas fueron grabados o vueltos a grabar entre el 23 de septiembre de 1927 y el 16 de octubre de 1930, es decir composiciones vigentes en el repertorio de Gardel, a la fecha de la filmación.
Al mismo tiempo que Gardel filmaba los
cortos, se presentaba en el programa radial, “Hora Geniol”, y Miguel Angel
Morena en su obra “Historia artística de Carlos Gardel, destaca el repertorio
que cantó “El Morocho” en dicho programa, el cual comprende los siguientes
cinco temas incluidos en los cortos, “El quinielero”, “Viejo Smoking”, “Padrino
Pelado”, “Canchero” y “Por el camino”.
A su vez, en el libro “Carlos Gardel y la prensa mundial”, de Hamlet Peluso y Eduardo Visconti, se reproduce un aviso del diario "Crítica", del 21 de octubre de 1930, donde se anuncian nuevamente los mismos tres primeros temas, “El quinielero”, el fado “Caprichosa” y “Viejo Smoking”.
En una de las publicidades del programa, aparecen los temas, “Tengo miedo”,” Yira, yira”, “El quinielero”, “Caprichosa” y la ranchera “Mañana de sol”, aunque esta última debe tratarse de “Mañanita de campo”, de Angel Riverol y Eugenio Cárdenas.
En el último programa de “Hora Geniol”, Gardel interpreta, “El quinielero”, “Caprichosa”, “Yira, yira” y “Tengo miedo”, es decir tres títulos filmados y nuevamente, de autoría de Froilán Aguilar, el fado “Caprichosa”, que bien pudiera ser uno de los cortos faltantes y que llevara al disco el 19 de septiembre de 1930, dos días después que grabara “El quinielero”.
EL RECUERDO PARA FEDERICO VALLE
Varias veces nombrado en esta evocación, vale
un recuerdo para Federico Valle, injustamente olvidado y que fuera uno de los
pioneros del cine en nuestro país. Nacido en Asti, Italia, en 1880, Valle se
formó en su país y en Francia como operador y director bajo las órdenes de los
mismísimos hermanos Lamiere. Arribó a nuestro país en 1911 e instaló un pequeño
laboratorio, donde se traducían las películas extranjeras al castellano. En
1917 filmó el largometraje “El Apóstol”, sátira al presidente Hipólito
Yrigoyen, en dibujos animados y al año siguiente “Abajo la careta” y “Una noche
de gala en el Colón” con la innovación de la participación de personalidades
como Saavedra Lamas o Elpidio González, caricaturizados en marionetas. En un
congreso de cine de animación realizado en Berlín en 1970, se reconoció que
"El apóstol" fue el primer dibujo animado realizado en el mundo, precediendo
al norteamericano “El hundimiento del Lusitania”, de Winsor McCay. También
produjo en 1917 “Flor de Durazno” con Carlos Gardel, “Milonguita” (1922), “La
mujer de medianoche” (1925) y “La canción del gaucho”, en 1930. Dirigió
“Misiones” (1917), “El azúcar” (1926), “Federales y Unitarios” (1928) y los
cortos “Por tierras argentinas” y “Correos y Telégrafos de la Nación, en
1929 y 1930 respectivamente. Previamente hacia 1920 se encargó de la filmación
en las islas Orcadas y en los Lagos del Sur, en una expedición de la que
salieron varias películas como “Jangada florida”, “Patagonia”, “Allá en el sur”
y “El paraíso ignorado”, que descubrieron el panorama sureño, fomentando el
turismo de la región. Pero la labor de Federico Valle no fue valorada, especialmente
con el rodaje semanal del noticiero “Actualidades Valle”, después llamado “Film
Revista Valle”, que se exhibía en los cines todos los jueves a las 17 horas,
entre 1916 y 1931. Pasando apremios económicos intentó vender las 657 ediciones
del noticiero, con su contenido de documentos valiosísimos de nuestro pasado,
para su conservación en algún museo, no logrando ningún interesado, con lo cual
fueron finalmente a parar a una fábrica de peines que los adquirió para
aprovechar el celuloide.
Artículo publicado originalmente en el desaparecido sitio, Buenos Aires Antiguo, en octubre de 2006, actualizado a la fecha de publicación de la presente entrada.
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